El jabón, ese producto que nos acompaña todos los días en el cuidado de nuestra piel, higienizándola y cuidando de mejorar su apariencia.
La mayoría de los jabones se hacen con sebos de grasa animal, ya que tienen una mayor duración y su precio es muy accesible; sin embargo, presentan la desventaja de secar la piel y en ocasiones producir irritaciones y molestias en la piel.
Lo importante es, que cumplan con sus funciones primordiales, de limpiar la superficie de la piel, barriendo con las células muertas y los agentes externos permanezcan en su superficie.
Los mejores jabones son los artesanales, éstos no tienen compuestos químicos, y están hechos a base de hierbas o flores que le dan al jabón propiedades únicas.
Lo fundamental de este tipo de jabones: No resecan la piel y no la dañan porque son completamente naturales, desde su color, aroma y hasta su textura.
Los beneficios de utilizar los jabones naturales son varios: ayudan a mantener las grasas naturales de la piel, hidratan en profundidad, dan a la piel más suavidad y elasticidad, son antioxidantes y tónicos.
Una forma muy natural de cuidarte.
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